EL CAMINO DE LA LIEBRE

Contratapa, indicación, contraindicación o advertencia para El camino de la liebre. El lector intentará ponerse ante hechos y sujetos de la realidad, pero pronto, aunque no se quiera convencer, cederá a la obstinada sensación de que ocurre algo fuera de lugar. Y bien, ocurre la superposición de relatos; a la previsible aparición de hombres ejecutando acciones humanas se le interpone el mundo de las fábulas, con animales despojados de intención. Sospechará de la identidad de estas liebres, perros, ponys disfrazados de burros y chivos, de algunas imágenes que se reflejan como en un prisma esférico, y de esta aparente, insólita, gratuita deformidad. Se puede decir que es un texto montado sobre la sensibilidad del poeta con algo de sátiro, que remueve la foto del poema realista, que entra en una zona desconocida y toca todo lo que hay produciendo diversas comiqueadas y decires, mirando las escenas a un costado. La segunda parte, los Otros poemas, es la vida más o menos secreta del autor que ha realizado esta obra. Alguien que cuenta episodios de transeúnte y habitante de lo que tiene a mano y que, de pronto, experimenta el fortuito ingenio de la liebre, prófuga del cuadro.

José Villa