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http://www.niapalos.org/?p=11876 01/07/2013 · Ni a palos Entrevistas: Juan Terranova, por Mariano Vespa
Juan Terranova se graduó en Letras en medio del estallido social de 2001. Fue docente universitario y pasó por varias redacciones. Publicó, casi sin parar, diversos libros de narrativa, crónica y ensayo. El más reciente, Los gauchos irónicos (Milena Caserola), propone centrar la discusión en dos grupos de temas. Por un lado, una lectura crítica de los escritores paradigmáticos de su generación como Pablo Katchajdian, Félix Bruzzone y Luciano Lamberti, entre otros. Por el otro, como integrante del C.E.C. (Centro de Estudios contemporáneos) y director de la revista Tónica, publicación de crítica literaria creada para dispositivos digitales de lectura, otra de sus preocupaciones es analizar cómo se construye discursividad en las redes sociales. Dialogamos con uno de los críticos contemporáneos más importantes. ¿Cómo fue tu experiencia trabajando con el género ensayo en relación u oposición a lo que hacés en ficción? ¿Cuál es el desafío a la hora de modificar el contrato de lectura? Pese a todo, pese a que la novela y el ensayo parecen haber perdido su forma y haberse transformado en géneros definitivamente mutantes, la división entre argumentar y narrar subsiste. Y esa división implica reglas que pueden ser honradas o transgredidas. El desafío es encontrar nuevas combinaciones para esas reglas. El ensayo, en la tradición argentina, es un género fundamental. Si tenés que elegir algunos libros esenciales, ¿Cuál nombrarías? Arlt literato de Carlos Correas; Literatura argentina y política de David Viñas;Gombrowicz: El estilo y la heráldica de Germán Garcia; Los cuatro peronismos de Alejandro Horowicz; Nietzsche contra la democracia de Nicolás González Varela yMuerte y transfiguración de Martín Fierro de Martínez Estrada. Una de tus biografías que circulan en la web dice que tu gran fantasía perversa es dejar los géneros sutiles atrás y dedicarte a escribir sobre política. ¿Estás de acuerdo con Martin Amis que dice que escribir sobre política es "como entrar en un río lleno de pirañas "? Para contar una historia, solamente hace falta contar una historia. Para escribir sobre política hay que tener una biblioteca, un Kindle, conexión a banda ancha, un grupo de amigos y colegas con los cuales intercambiar ideas. Son desafíos diferentes. Con respecto a la frase de Martin Amis, soy porteño y en Buenos Aires el aire mismo de la ciudad es un río lleno de pirañas. (De paso, una vez en un codo del río Uruguay me señalaron un cardumen de pirañas, y experimenté cierta paranoia. Pero después, ya en tierra, un entendido me dijo que era imposible que hubiera pirañas ahí. Las únicas pirañas reales son las de los dibujitos animados. "Maldición, Joe, este río está infestado de pirañas. "). En uno de tus ensayos de Hipercrítico hablás de la idea de crítico como autista. ¿El crítico tiene la última palabra? ¿El periodismo cultural emerge frente a una crisis de la crítica literaria? Hoy la crítica no tiene ni la primera ni la última palabra, es el verdadero género maldito, y el periodismo cultural emerge porque es más barato y simple pagarle a un analfa salido de TEA que a un crítico que realmente ejerza la crítica. Ya que hablamos de periodismo cultural, ¿qué rescatas de tu experiencia como director de la revista Tónica y como participante de la revista Paco? Tónica y Paco son experiencias muy lindas y diferentes. En Tónica dirijo una orquesta de músicos esmerados, hay un trabajo en conjunto, avanzamos con mucho cuidado, buscando la comunión y la precisión. Paco es otra cosa, es como una banda de trash metal. Si paro de tocar, los demás me dan una patada y me pasan por arriba. ¿Los gauchos irónicos puede leerse como un libro sobre el kirchnerismo? Sí, desde luego. Hay una hipótesis bien clara en el libro: se trata de escritores que arriesgan, tanto en lo temático como en lo estilístico. Bruzzone y Katchadjian son dos ejemplos certeros. Decís que la "Joven Guardia " fertiliza y abre canales. Definís, en contraposición, a varios escritores de la generación anterior como los nuevos conservadores. ¿A qué se debe tal diferencia? Los que nacieron en los años 60 tuvieron padres idealistas, dictadura militar y después arriba de eso alfonsinismo entusiasta. Nadie, nadie, puede resistir ese combo sin salir estropeado. Los que llegamos a la conciencia con el menemismo somos más astutos y desconfiados. ¿Imaginas una mejor literatura de los nativos digitales? No la imagino, está ahí, viva, en la web, comiéndonos la cabeza todos los días y riéndose de nuestros pudores. Dedicás un capítulo del libro a la práctica literaria en internet ¿Por qué creés que la legitimación se discute a partir de los soportes (ebook vs. papel) y no de las prácticas? Internet es una revolución industrial completa y furiosa. Trajo cambios inesperados que se fundieron con muchísima violencia y velocidad a nuestra vida cotidiana. Soportes milenarios cambiaron de forma radical. Por eso creo que hoy discutir soportes es también discutir todo lo demás. Si mal no recuerdo, Mavrakis dijo que uno escribe a sabiendas de que todo está en la web. ¿El mayor pecado de escribir en internet es el refrito? ¿Cómo construir originalidad? También hay belleza y dignidad en el refrito. Si tenés hambre y no hay otra cosa, un buen refrito, hecho con mano cariñosa, te puede salvar el día. Por otra parte, al mandato idiota y público de la originalidad prefiero oponerle la fiesta privada de la autenticidad. En ese sentido, y más allá de las diferencias que los separan, ¿el troll y el fake son artificios literarios? Sí, lo son. No están autonomizados y eso confunde, pero te diría que son perfiles reconocibles como el cronista, el escritor atribulado, el poeta maldito, el crítico malaleche. Son antes artificios literarios, posiciones en el campo, conjuntos de marcas autorales, que personajes. Aunque también funcionan como personajes, desde ya. Harold Bloom, retomando a Freud, habla de la ansiedad como inquietud del porvenir. Siempre decís que sos un tipo ansioso, ¿qué creés que viene después de las redes sociales? ¿Es una obsesión para vos? El gran salto se va a dar cuando nos podamos enchufar a la compu, tipo Matrix. Ahí, recién ahí se va a terminar la modernidad y va a empezar otra cosa. ¿Falta mucho para eso? ¿Falta poco? No lo sé. Pero no me obsesiona. Sí me obsesionan las construcciones paradójicas de la modernidad, sus mitos y sus trampas, sus zonas parasitarias y adocenadas, sus zonas móviles. Siento que discutir la modernidad al mejor estilo sociólogo cabeza hueca todavía vale la pena y nos va a preparar mejor para ese salto. Ahora, cuando nos podamos enchufar a la compu, ahí la cosa cambia. Mientras tanto seguimos siendo parte de una dialéctica muy parecida a la que se instauró con la técnica cuando apareció la máquina de vapor. Cada tanto tuiteás "Banco a Cristina " o alabás la figura de Moreno. ¿Qué resaltas del kirchnerismo en sus diez años de gobierno? ¿Cuál es la cuenta pendiente? Esta es la pregunta fácil, ¿no? La década fue hermosa e intensa. Fue una década ganada en todo sentido. Pero hace un tiempo que el kirchnerismo se achanchó como empleado público, se llenó de funcionarios arribistas, se burocratizó, creo que ganó más terreno el INADI que los sindicatos productivos. Ahora parecería que el kirchnerismo es el único y el más explosivo y amenazador enemigo del kirchnerismo. ¿Resistirá el kirchnerismo al kirchnerismo? La cuenta pendiente es clara, más reformas, más intensas. Cristina, tenés que gravar la renta financiera, no perdamos más tiempo como los putos y las tortas y vamos de una vez a cambiar el régimen del capital. ¿Cómo ves la figura del intelectual en el periodo kirchnerista? La figura del intelectual me suena a la figura en el tapiz. Está y no está, hay que verla y construirla mientras se la ve, es difícil describirla, asirla, definirla pero también indispensable al funcionamiento de la sociedad. Y al final siempre viene alguien que especula menos y acciona más y se limpia el culo con ese tapiz. ¿A qué le decís ni a palos? A vivir esperando. |
LOS GAUCHOS IRÓNICOS
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